Después de dar una pasada de pintura epoxi, con lo que conseguiría paralizar por el momento el avance de el óxido, comence el proceso de desarmado y decapado del vehículo. Trabajo arduo, que me costó una semana entera el poder llegar al final de las inumerables capas de masilla y pintura de otras épocas pasadas del vehículo.
Antes de comenzar el decapado, pregunté en varios talleres de plancha y pintura, sobre cual sería el proceso que ellos seguirían, en caso de que les encargara el trabajo.
Todos coincidieron en que, llegar a la plancha viva del vehículo era una locura y costaría mucho trabajo y dinero.
Así que decidí hacerlo por mi cuenta. Compré latas de decapante en gel y cuchillas afiladas de las que se usan para limpieza de vitroceramicas, y poco a poco fué saliendo el color original del vehículo.
Aquí dejo unas fotos de lo explicado.
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